lunes, 23 de agosto de 2010

Senderos: ande la bici no llega ya me encargo de hacerla llegar...



    Apenas hace unos días que el estío entro con la fuerza y determinación de hacernos olvidar un invierno y una primavera más frías de lo habitual, son las tres de la tarde y los chiringuitos playeros bullen con un frenesí de olores y una cacofonía perfecta de cacharros, ordenes y  conversaciones. A esta hora la playa ofrece suficientes huecos para que la rapacería jueguen sin molestar a esos complejos seres de sangre fría que son los adultos y que pierden el tiempo siesteando como lagartos. El oleaje es lo suficiente incomodo para que nadie se esté bañando.

    Desde un lado del puesto del socorrista aparece un ciclista, con un semblante estoico, perfectamente equipado y cubierto con una pátina del polvo marmoleo de las montañas de la zona, tira la bici al borde mismo donde rompen las olas, se introduce pesadamente unos metros en el mar y aprovechando la crecida de una se desploma sobre ella, sin quitarse el casco, ni gafas, ni zapatillas, ni mochila... quedándose cara abajo e inmóvil acunado por la mar durante segundos que parecen eternos.

    La tensa expectación de ese sector de la playa se rompe cuando súbitamente el ciclista se da la vuelta y se incorpora, a pesar del oleaje y la pendiente del fondo, sale con decisión y más rapidez con la que ha entrado, sonríe al socorrista que se aproximaba hasta él, a los niños que habían dejado de jugar y quitándose las gafas y sin dejar de sonreír con el encanto de los diablos se dirige a la alucinada señora donde cerca de sus tostadas y magras carnes había arrojado la bicicleta: Lo siento, llevo desde la seis de la mañana dando pedales e iba tan recocido... es mi primera excursión larga del año con tanto calor.















Camino del calvario, hasta hace unos años era capaz de subir estas sendas para cabras sobre la bici, no bajo ella,...







Hasta las pistas de los puertos eran un patatal, que infierno esta bajada, dejé las cubiertas hechas zisco, llenas de cortes y tacos arrancados, 60€ a la mierda,...















1 comentario:

Chuparuedis dijo...

Sofocón mas tonto me dí ese día, ni una puta fuente u arrollo donde refrescarme, me desvié apropósito a la carretera de la costa que me hacía dar bastante rodeo para enfriarme un poco en el mar.

Luego me enteré por los biker de la zona que la ruta me me hice solo se hacía en descenso y los tramos correspondientes al teleférico o los puertos desde donde se puede subir en coche, el encadenado que me curré no sabían que era posible hacerlo, yo tampoco, no era mi intención me limité a tirar pa'lante encadenando collados, bajando y subiendo.