Esta chapa pertenece a una de la bicicletas familiares que he ido recopilando con los años. Tengo un cajita con el resto de las matrículas pero me da pereza rebuscar en el palet donde se encuentran guardadas.
Esta lata me ha dado que pensar. Para no existir cultura ciclista persiste un poso profundo de reminiscencias sobre aquellas matrículas de bicicletas, a raíz de la polémica que suscita el comportamiento descontrolado de algunos ciclistas y cicleatones, la matriculación de bicicletas se expone como una herramienta más, sin embargo indignados cochistas proponen el pago de un impuesto por el uso de la vía pública alegando el agravio impositivo que sufre el transporte motorizado, va a ser que este impuesto supone solo una ínfima parte del coste de las infraestructuras viarias. También se propone como una solución para combatir los robos, como si no fuera posible venderlas fuera de la península o por piezas.
En paralelo a la paranoia que hay sobre la seguridad y tomando como ejemplo extremo al terrorismo y como solapadamente quedan abolidos derechos fundamentales, con nuestra actitud de siervos de gleba, de miedo enfermizo, no es de extrañar que se acoja y festeje con naturalidad la imposición de un apartheid para los ciclistas en nuestras ciudades. Se me ocurre que en un alarde de funambulismo volvamos de forma velada a los arbitrios sobre rodaje y arrastre de tracción de sangre y al padrón del arbitrio sobre bicicletas, lentamente el camino está siendo abonado, no alcanzaremos tal extremo porque ya pagamos un excelso peaje económico y moral con la imposición de la segregación como medio de regular lo ingobernable.
Es la matriculación, otro fracaso más de nuestra incapacidad para evolucionar socialmente. Como siempre en vez de educar se opta por lo fácil, regular hasta lo absurdo y prohibir como primera instancia, lo cual si ya es un fracaso como último recurso resulta un despropósito como primera opción.
(...)
He estado buscando referencias sobre los arbitrios de rodaje para bicicletas y la verdad que salvo boletines oficiales he encontrado poco y no me apetece meterme en la biblioteca sobre derecho que tengo al lado de casa. Apuntes inconexos sobre el uso masivo de la bicicleta, imposición de placas de matrícula en los años '30, carreras descontroladas por la calles o abusos de tributos como esta noticia de la Vanguardia:
"MATARO, 28. Atendiendo a la petición de «Esport Ciclista Mataroní», el Ayuntamiento de nuestra ciudad ha excluido de sus presupuestos el arbitrio de diez céntimos que tributaba cada bicicleta forastera al entrar en ésta. Este acuerdo ha sido acogido con la natural complacencia por todo el elemento ciclista, en particular el comprendido en esta comarca, que era el mas afectado por aquel gravamen."
La Vanguardia pag 9, 29-11-1935
Parece que la regulación es más firme y homogénea a partir de 1946, creándose la base que regirá hasta la democracia con apenas un cambio de nombre en 1953, la confusa tasa de estacionamiento de 1960 que sustituía al arbitrio sobre carruajes y velocípedos y, que a su vez es sustituida en 1966-67 por el impuesto de circulación (para todo tipo de vehículos excepto los tractores y militares) y la tasa de "rodaje" y de "carruajes y velocípedos".
Estimo que en 1983 se derogó en todo el estado el arbitrio relacionado con las bicicletas, aunque en 1975 se aprobó el impuesto sobre circulación a los vehículos de tracción mecánica que sustituía a los antiguos arbitrios y me ha parecido entender en alguno de los decretos que he leído de la época, que se dejaba a los ayuntamiento la libertad de cobrar el arbitrio sobre velocípedos, imagino que el decrecimiento del uso de la bicicleta hizo que no fuera rentable la exacción de esta tasa.
Para tal impuesto se confeccionaba un padron de bicicletas con las altas y bajas correspondiente y se pagaba en los municipios correspondientes. La tasa inicial de una peseta mensual alcanzó las 50 pesetas anuales de los últimos años.
Un ejemplo del Boletín Oficial de Ceuta de 1951:
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