jueves, 11 de febrero de 2010

La Ria del Pie del Asno.




    Tumbado en el tejado de la casa de mis abuelos, como tantas veces había hecho, oculto por la penumbra del campanario y embriagado por la inmóvil cascada de estrellas, escudriñaba mi excursión de ese día. Evocaba uno de esos lugares mágicos de mi infancia. Lo había recorrido seguido de un curioso burrito que se dejaba acariciar de cuando en cuando buscando con seguridad alguna golosina.
    No sin dificultad encontré las viejas sendas, guiado por una danza de ramas, un múltiple y seco campaneo de hojas, una loa característica que progresivamente subía de tono y una sutil combinación de olores. Avancé por el arroyo, un pasillo de zarzas que descendía de los árboles formando una tupida cortina y salpicado de racimos de enormes moras. Un enjambre de pajarillos huyo velozmente por el pasadizo que iba dejando a mi espalda al tiempo, unos escandalosos polluelos eran mandados callar por el crujido de un seco y viejo chopo.
    El viento hizo presencia de nuevo, haciendo caer lentamente una hoja y turbando mis alucinaciones.
Así es como era,...
...En el fondo de mi memoria.
    Me encontraba en el lecho seco del arroyo, a los pies de un molino demolido por su futilidad, rodeado de esqueletos de olmos devorados por la grafiosis. Ignorando el secarral en el que me encontraba continué con la búsqueda del viejo nogal y su ungüento volador apto para consciencias soñadoras.

Retales.
Carmelo Ortega 1990


    Hoy, los huertos abandonados aportan una atmósfera embrujada a las orillas del arroyo, los muros de los bancales desplomados sobre el agua, estrangulados por el musgo, las algas y los líquenes.















    Sendas que pasan por puertas que perdieron sus dinteles no hace mucho y el quicial del tiempo las torna a la indigencia entre la maleza ...



























    Hace mucho que el ayuntamiento debería haberse hecho cargo de los molinos y alguno de los huertos, creando un parque natural a lo largo del arroyo antes de que acabe devorado por la expansión del pueblo, como ya le ha ocurrido a algunas partes del arroyo.

2 comentarios:

pe73r dijo...

ke bonita la ke parece una cerradura!
saludos mutantes!

Chuparuedis dijo...

Saludos mutantes Piter,

Es uno de los sumideros que daban presión al agua para mover las ruedas, en cada molino tenían diferente forma dependiendo el terreno, este se conserva casi intacto.
Ese día no llevaba ropa para ir subiéndome a los arboles, ya me la rajé por andar metiéndome entre las zarzas y triscando por las paredes y riscos, "la cerradura" tiene una escalera de piedra muy chula.