Aunque en este rincón de Toledo es donde mas días trabaja al año en la provincia, la primavera siempre cierra por vacaciones antes de llegar a junio. No es que sea vaga y perezosa, todo lo contrario, es muy entregada y una currante nata pero en estos tiempos de crisis, crisis medioambiental donde apenas llueve, debe darse prisa en realizar su trabajo durante las pocas semanas que dura la humedad de las escuetas lluvias actuales. Sin materia prima suficiente está obligada a hacer las maletas semanas antes de la entrada del estío y marcharse hasta el año siguiente.
Cuando el bochorno pega con dureza volviéndonos nostálgicos incluso a los alérgicos, es en las amplias vegas de Montes de Toledo donde se expresa su ausencia con mas intensidad. Imbuidas con el carácter de estepa semidesértica del páramo que las rodea, la tierra removida al pasar los tractores las cuchillas o al arar los rastrojos es el caldo de las tormentas de arena a poco que el viento arrecie con mas rigor de lo habitual. Afortunadamente, los tornados son derribados a los pocos minutos de ser levantados por las mismas térmicas que los generan al chocar entre sí, solo cada bastantes años se crea uno que ocasione daños de alguna importancia.
Cigüeñas ascendiendo en una "térmica":
Sin perdón, cuando el sol se cae y revienta contra el suelo...
Siempre nos quedará en un futuro el orgullo de la huerta, jejejeje...
La tierra cuando el viento arrecia hace honor al microclima de estepa semidesertica...
Ains, que no me vea..., que no tengo donde esconderme...
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